Historia del Club 17 de agosto
La institución deportiva de Villa Pueyrredón nace en marzo de 1949 como Club Defensores Argentinos. Por gestiones de Isaías Santín, papá de uno de los fundadores, ante Eva Perón se construye la actual sede de Av. Albarellos 2935. Se inauguró el 17 de octubre de 1951 con el nombre de "Club barrio 17 de Octubre". La caída de Perón obligó a cambiar su denominación por el club Social y Deportivo 17 de Agosto.
El 26 de marzo de 1949, se funda, en "festejo del cumpleaños" de Isaías Santín, papá de Ángel, el "club defensores argentinos". La primera Comisión deportiva del club estuvo presidida por Santos Labonia. Gracias a la relación que tenía el papá de Ángel Santín con Eva Duarte Perón (Evita) se inician las tratativas para construir en esos terrenos, que pertenecían a la corporación de Transportes de la ciudad de Buenos Aires, un club Social y Deportivo.
La inauguración se lleva a cabo el 17 de octubre de 1951, cambiando su nombre original por el de "Club barrio 17 de Octubre" y luego pasó a denominarse "Club Cultural y Deportivo 17 de Octubre".
Se convierte así en el club más importante de la zona con más de seis mil socios y comienzan a destacarse en las distintas disciplinas deportivas que allí se practican: fútbol, básquetbol, pelota al cesto, gimnasia en aparatos, lucha grecorromana, lucha libre, bochas, pesas, etc. Se realizaban peñas y además el club contaba con un grupo de teatro, que brindaba funciones una vez por mes, y recorría distintos clubes de la zona con sus obras.
El 16 de septiembre de 1955 un hecho provocaría un cimbronazo. La "Revolución Libertadora" derrocó a Perón y desató una política de ataque directo contra los símbolos del peronismo, así como su proscripción. En este contexto, fue imposible sostener el "17 de Octubre" como nombre del club. En una asamblea, fue impuesto el nombre "Club Cultural y Deportivo 17 de Agosto".
El "17" trascendió lo deportivo y cultural, y se extendió a toda parte social. El club tenía un fuerte reconocimiento general y detrás de esas paredes de ladrillos pintadas de blanco y celeste que se destacan sobre la avenida albarellos todavía se mantiene, inalterable, un fuerte ícono de la Argentina Peronista.
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